Noticias

Actualidades 2017

Actualidades 2016 

31 de octubre 2016



 Se realizó en la Sede de la Conferencia Episcopal Argentina el encuentro fundacional del núcleo de trabajo sobre Inclusión Social, Seguridad y Justicia Social. El mismo fue convocado por la Comisión de Pastoral Penitenciaria, en el marco del Jubileo de la Misericordia.

La reunión comenzó con palabras de bienvenida de Mons. Carlos Malfa, secretario general de la CEA, y las alocuciones del nuncio apostólico, Mons. Emil Paul Tscherrig, el presidente de la Cámara Federal de Casación Penal, Dr. Alejandro Slokar, el presidente de la Comisión Episcopal de Pastoral Penitenciaria, Mons. Esteban Laxague, y el Padre José Miguel Marengo, Secretario Ejecutivo. Estuvieron presentes además integrantes del Secretariado Nacional: Sra. Estela Ferrise, P. Jorge García Cuerva (Coordinador de Pastoral Penitenciaria por el CELAM ) y la Sra. Ma. Patricia Alonso (Coordinadora Nacional)

A continuación se dialogó sobre los puntos de la agenda a trabajar en el núcleo:
  •  acceso al trabajo y educación para el trabajo como herramientas para la inserción social, 
  • situación de las cárceles argentinas,
  •  acceso a la salud 
  • el respeto al verdadero principio de intrascendencia de la pena.

Los participantes plantearon que la preocupación no sólo debe ser pensar en el día después de la cárcel sino, como lo expresó el P.Garcia Cuerva, el antes de llegar a la cárcel. También se dijo que era necesario ver qué ocurre durante la vida en las unidades penitenciarias.

En este primer encuentro la Comisión quiso que se pueda tomar conciencia que el tema sobre quienes están privados de libertad es de toda la sociedad, que también son hijos y muy queridos de Dios. Acordaron continuar trabajando y fijar próximamente un nuevo encuentro para avanzar en propuestas concretas.

El diálogo continuará en la Línea Pastoral marcada por el Papa Francisco en la comprensión de que una sociedad más segura y más justa no puede lograrse de otro modo que incluyendo a todos nuestros hermanos -con especial cuidado y atención por aquellos en una situación vulnerable- y que estos objetivos son una responsabilidad de todos.


Publicado por la 173º reunión de la Comisión Permanente,  en ocasión de la Cuaresma 2016
Estuve preso y me viniste a visitar (cf. Mt. 25,36)
Invitación
1. Como pastores del pueblo de Dios nos dirigimos a todos los miembros de la Iglesia y a los hombres y mujeres de buena voluntad, para compartir nuestra preocupación sobre la realidad carcelaria. La presencia pastoral generosa y comprometida en las cárceles, de numerosos hijos e hijas de la Iglesia, nos permite reconocer los problemas de tantos hermanos encarcelados, en quienes está el mismo Cristo, y nos urge a no quedarnos pasivos e indiferentes. El anhelo de construir una Argentina en “paz y justicia”, exige abordar esta realidad, buscar un cambio de mentalidad y generar acciones concretas en favor de la dignidad de las personas privadas de libertad y particularmente de quienes pertenecen a los sectores sociales más vulnerables. Así también de todo el personal comprometido en esta tarea de servicio social.
Motivación
2. En una sociedad donde lamentablemente se multiplican los hechos delictivos, unidos muchas veces a la violencia y a la muerte, estamos convencidos que la solución oportuna para resolverlos no se alcanza simplemente con penas más duras y más cárceles. Pensamos que el camino es otro: concretar y profundizar más políticas de inclusión que, buscando el bien común, ofrezcan igualdad de oportunidades a todos los miembros de la sociedad, para su justo y debido desarrollo integral.
3. Son muchas las causas que van generando y potenciando en la Argentina actos de violencia y muerte. Entre ellas señalamos el avance de un proyecto de vida sin otro horizonte que “tener” y “consumir”, que genera día a día más tensiones, angustias, y desigualdades. Recientemente nos dijo el Papa Francisco: “mientras más vacío está el corazón de la persona, más necesita objetos para comprar, poseer y consumir…la obsesión por un estilo de vida consumista, sobre todo cuando sólo unos pocos pueden sostenerlo, sólo provoca violencia y destrucción recíproca” (Laudato Si´ 204).
4. La realidad es muy compleja. El crimen organizado produce formas de violencia de todo tipo, y busca también transformar en victimarios de otros sectores de la sociedad, a quienes padecen exclusión y desigualdad. En este contexto crece, entre otras cosas, la amenaza de hacer justicia por mano propia. A su vez esta realidad delictiva nos va dividiendo en “víctimas” y “victimarios” y alimenta la sed de venganza y de más violencia.
La paz social que tanto anhelamos se ve fuertemente afectada. Urge recorrer caminos de reconciliación y de amistad social. “La justicia es el primer paso, necesario e indispensable, pero necesitamos ir más lejos para alcanzar una meta más alta y más significativa. Cuando la justicia se orienta a la reconciliación, se abre el camino hacia la concordia, la fraternidad y la amistad social, tan necesarias en la vida y el futuro de toda comunidad” (Mons. Arancedo, homilía 109º Asamblea Plenaria, 20/IV/2015)
Situaciones que reclaman atención y compromiso
5. Reafirmamos que, cualquiera sea su situación, nadie por haber delinquido, pierde su condición de persona, de Hijo de Dios y de miembro de la familia humana. Por lo tanto debe ser tratado como tal. El respeto a la dignidad humana no solo debe actuar como límite de arbitrariedades y excesos, sino como criterio de ordenación de todas las acciones y estructuras. Nunca se debe subordinar el respeto de la dignidad de la persona a ninguna otra finalidad como, por ejemplo, la correctiva o la restauradora del daño producido.
Guiados por esta concepción y sostenidos en la Constitución Nacional y los Tratados de Derechos Humanos ratificados por nuestro País, debe afirmarse el valor de la justicia custodiando en toda circunstancia las garantías del debido proceso y la defensa en juicio, en la conciencia que la efectiva respuesta judicial a las personas, grupos sociales y a la sociedad toda libera de la discriminación y el espíritu de venganza.
6. Los bienes esenciales a toda persona: la alimentación, la vivienda digna, la atención de la salud, la educación, el trabajo, la religiosidad, los vínculos familiares, la recreación y el arte, en muchas ocasiones no son garantizados a todos los que están privados de libertad. Ningún preso debe carecer de estos bienes y de los derechos y garantías constitucionales de todo ciudadano, cualquiera sea su condición social, o la razón de su detención. Cabe señalar que, lamentablemente, parte de los recursos económicos presupuestados por el Estado para satisfacer esas necesidades básicas, se desvían con actos corruptos y no llegan a los presos.
Un camino para la concreción de estos bienes esenciales es una apertura institucional que genere convenios y acciones articuladas con otras organizaciones estatales y privadas que aporten su saber y esfuerzo: universidades y casas de estudios terciarios, cámaras empresariales, de comercio, organismos diversos, ONG, fundaciones con fines culturales o recreativos, e Iglesias. Urge un cambio, ya que la “reclusión no es lo mismo que exclusión –que quede claro–, porque la reclusión forma parte de un proceso de reinserción en la sociedad”, dijo el Papa Francisco (cárcel de Palmasola, Bolivia, 10/VII/15).
7. Es necesario prevenir y erradicar toda forma de violencia institucional. Desde la perspectiva de la dignidad de toda persona la completa imposibilidad de comunicarse y la falta de contacto con otros seres humanos, provocan sufrimientos físicos y psíquicos muy graves que aumentan la tendencia al suicidio. De allí que es inadmisible la existencia de celdas de “aislamiento total” dentro de las prisiones. Sin embargo siguen existiendo. También se ha de favorecer todo encuentro del preso con su familia. Pero en muchas cárceles, por su ubicación y la falta de transportes públicos, se dificulta grandemente ese encuentro. A eso se suma que las familias de los privados de libertad, sufren frecuentemente tratos inhumanos y humillaciones para poder visitar a sus familiares.
8. Otro desafío es la sobrepoblación existente hoy en la mayoría de las cárceles, que dificulta e impide proporcionar los medios, las posibilidades y las propuestas formativas que debe tener todo detenido para su recuperación y futura inserción positiva en la sociedad. En la sobrepoblación carcelaria se ponen de manifiesto realidades que urgen pronto tratamiento:
- Presos sin condenas. El principio de “presunción de inocencia” (Constitución Nacional art. 18, Declaración Universal de Derechos Humanos art. 11, Convención Americana de Derechos Humanos art. 8), no siempre es suficientemente tenido en cuenta. Muchas personas son encarceladas por la sospecha más o menos fundada de un delito cometido, y luego por la lentitud de la justicia u otros intereses, como el encubrimiento de los responsables de graves hechos de corrupción, o simplemente porque son pobres, pasan largo tiempo detenidos sin condena. Esta situación que muchas veces se da bajo un matiz de legalidad, sin embargo es “ilícita”.
- Ausencia de proyectos y programas que reduzcan al mínimo el período de detención.
- Personas a las que se le debería dar un tratamiento penal alternativo fuera de la cárcel, dado que padecen enfermedades graves o terminales, o son mujeres embarazadas, o personas con capacidades diferentes, o de adultos de edad avanzada previstos en la ley.
- Personas con problema de droga, en su gran mayoría jóvenes, que necesitan un ambiente distinto a lo que le ofrece la cárcel.
Políticas de recursos humanos
9. Solo una persona consciente y reconocida por el valor y la dignidad de su trabajo puede transmitir a otro esa condición y respetarla. Por ello consideramos fundamental establecer una política coherente de recursos humanos, pues las personas que trabajan en las cárceles son protagonistas centrales del tratamiento penitenciario.
10. En su tarea, que no está exenta de situaciones de mucha tensión, se deben cuidar algunos aspectos que hacen a la calidad de vida del personal penitenciario: salario digno, vivienda, formación inicial y permanente, formación ética, cobertura social, consideración de su familia, apoyo psicológico y espiritual.
Conclusión
11. Anhelando una sociedad en la que podamos vivir como hermanos, alentamos a construir lazos de comunión y de pertenencia social donde, frente al delito, la respuesta no sea sólo el encierro y el olvido en las cárceles. Hagámonos cargo del hermano que se equivoca. Frente a tantas víctimas y victimarios recorramos caminos de justicia y reconciliación para sanar heridas. Necesitamos, como sociedad, reconocer nuestros errores y, en un clima de verdad y misericordia, reparar el mal hecho y cambiar de conducta.
12. Agradecemos y valoramos a todos los que, con responsabilidad y profesionalidad, brindan en un contexto nada fácil, su servicio en las cárceles, buscando el bien común. Nos alegramos de encontrar en muchos funcionarios de la justicia, sentido de equidad y celeridad en su trabajo.

13. Como cristianos, nos compromete siempre la palabra de Jesucristo: “Estuve preso y me viniste a visitar” (cf. Mt. 25,36). Que toda comunidad cristiana esté cerca de las familias de los detenidos, saliendo al encuentro de sus necesidades y “contagiándoles” la alegría de la Fe. A quienes puedan ofrecer fuentes laborales, los invitamos a abrir esa posibilidad para los que vuelven a la libertad. Como Iglesia, concretemos nuestra presencia en los centros de detención con propuestas de asistencia, promoción humana y anuncio misionero, que hagan presente la praxis liberadora de Cristo. María nuestra Madre al pie de la Cruz nos regale permanecer junto al que sufre, sirviendo en él al mismo Jesús.

Sábado 8 al martes 11 de febrero 2014 


“JUNTOS FORTALECIENDO NUESTRAS RAÍCES “ 
IX ENCUENTRO DE RESPONSABLES DE LA PASTORAL PENITENCIARIA 


A nivel diocesano, regional y nacional Y DE PROFESIONALES (PROCAPP)
ENCUENTRO DE CAPELLANES - Viernes 7 a sábado 8 de febrero de 2014

Casa San Alfonso de los Misioneros Redentoristas  Av. San Alfonso y Borderó – TE (03543) 431599

Villa Allende, Córdoba

Para informes e inscripción, escribir a pastoralpenitenciariaargentina@gmail.com
   





El Papa celebra misa con las hostias elaboradas por una presa
14 Ago 2013

San Isidro (Buenos Aires) (AICA): Francisco celebra misa desde hace un mes con las hostias que le obsequió una reclusa de la Unidad Penitenciaria 47, quien elabora las hostias que se utilizan en diversas comunidades de la diócesis de San Isidro. El pontífice argentino le agradeció el presente y le confesó haberse emocionado por su historia de vida. También le aseguró que reza por ella y tiene sus fotos en el escritorio. Para la mujer, este gesto del Santo Padre la reconforta y la anima en su tarea.ver más




JULIO 2013 MISIÓN DIOCESANA EN LAS CÁRCELES DEL COMPLEJO BATÁN






 8 de mayo 2013


Entronizaron una imagen de la Virgen del Carmen en la Unidad 37 de Barker


Por iniciativa de los Jefes de Vigilancia y Tratamiento y Talleres, juntamente con el Capellán de Unidad José Quatrocchio, entronizaron una imagen de la Santa Virgen del Carmen, patrona del personal penitenciario, en el sector penal del establecimiento carcelario.

En el año del décimo aniversario de su creación, la Jefatura de Unidad Penitenciaria Nº 37 de Barker, a cargo del Prefecto Mayor (EG) José Luis Rodríguez, viene desarrollando una serie de tareas que involucran a todo el personal como así también a los privados de libertad. Por tal motivo, a la ya existente imagen que representa a Nuestra Señora del Carmen que se encuentra en el acceso a la Sección Guardia de Seguridad Exterior, se suma una nueva, emplazada en el corazón del sector penal donde puede ser visualizada por toda la población carcelaria, para poder apreciar una hermosa escultura de unos 60 centímetros de altura, pintada y fabricada de manera artesanal.
La entronización se desarrolló con una Eucaristía presidida por el Padre Quatrocchio, y contó con la presencia de las autoridades de Unidad, quienes colocaron la imagen de la Virgen en una capilla construida por los internos.
“Es muy placentero poder haber llevado adelante esta iniciativa, porque surgió a pedido del personal penitenciario y de los internos que fueron los principales gestores de la idea. Además me propusieron colocar una escultura de San Francisco en el acceso a la Unidad”, Quatrocchio agregó que “la Virgen nos llama a una sincera reflexión en Cristo Nuestro Señor, por la paz del mundo, de nuestro país, la unidad familiar y el amor entre prójimos”.




La Pastoral Penitenciaria presentó a los obispos su plan trienal
Jueves 25 Abr 2013





Pastoral Penitenciaria: Preparando el informé a los obispos ver más

Buenos Aires (AICA): Integrantes de la Comisión Episcopal para la Pastoral Penitenciaria presentaron su plan trienal 2013-2015 ante los obispos que participaron de la 105ª Asamblea Plenaria de la Conferencia Episcopal Argentina, que se realizó la semana pasada en Pilar. El programa que se está poniendo en práctica en el mundo de la carcelación fue recibido “satisfactoriamente” por el centenar de obispos. También se expuso la realidad pastoral en el ámbito nacional y de los países de Latinoamérica y el Caribe. “Seguimos sembrando y compartiendo nuestra teología con fundamentos bíblicos, dogmaticos y eclesiales, mostrando el espíritu que nos anima a anunciar el reino de Dios en las cárceles”, destacaron en la presentación. Monseñor Esteban Laxague SDB, obispo de Viedma y presidente de la Comisión presentó ante sus pares la experiencia de la misión en la cárcel de San Martín realizada en 2012.

La Comisión Episcopal para la Pastoral Penitenciaria presentó su plan trienal 2013-2015 ante los obispos que participaron de la 105ª Asamblea Plenaria de la Conferencia Episcopal Argentina, que se realizó la semana pasada en Pilar.

El programa que se está poniendo en práctica en el mundo de la carcelación fue recibido “satisfactoriamente” por el centenar de obispos.

También se expuso la realidad pastoral en el ámbito nacional y de los países de Latinoamérica y el Caribe.

“Seguimos sembrando y compartiendo nuestra teología con fundamentos bíblicos, dogmaticos y eclesiales, mostrando el espíritu que nos anima a anunciar el reino de Dios en las cárceles”, destacaron en la presentación.

Monseñor Esteban Laxague SDB, obispo de Viedma y presidente de la Comisión presentó ante sus pares la experiencia de la misión en la cárcel de San Martín realizada en 2012, generando un momento de honda emoción.

Luego hubo un espacio de diálogo, en el que los obispos se interesaron por distintos aspectos sobre la inculturación del evangelio en el mundo de la carcelación y en especial por la asistencia espiritual a los hermanos privados de la libertad.

También participaron el presbítero Javier Ladrón de Guevara, secretario ejecutivo de la Comisión Episcopal de Pastoral; el presbítero Jorge García Cuerva, representante del Cono Sur y miembros de la Comisión Internacional de la Pastoral Penitenciaria Católica; y María Patricia Alonso, coordinadora nacional de Pastoral Penitenciaria.+

La pastoral carcelaria argentina le envió una carta de agradecimiento al Papa Francisco 
PASCUA 2013

La Comisión Episcopal de Pastoral Carcelaria envió una carta de agradecimiento al Papa Francisco por haber celebrado el Jueves Santo en una cárcel en Roma.

"Nos sentimos acariciados por Dios, Padre Misericordioso, cuando nos enteramos de que el Jueves Santo, celebraste en el correccional de menores de Italia", dijeron sus integrantes en la misiva.

Aclararon que esperaban que la Casa del Marmo, la cárcel romana no sea "como los de aquí, verdaderas cárceles, depósitos de descartables y vulnerables" y celebraron que lavara los pies de "los jóvenes detenidos", como formaba parte de su "tradición en Buenos Aires".

"Es inmensa nuestra alegría, que en gestos tan simples, es Dios quien nos alienta a seguir trabajando por un mundo sin cárceles , y a seguir descubriendo a un Dios Padre misericordioso, donde es más grande el amor, que la inmensidad de nuestros pecados", subrayó el escrito que fue difundido por la agencia informativa católica Aica.

"Queremos agradecer también tus gestos de simpleza y humildad. Creemos que esto te puede molestar, que agradezcamos lo simple de todos los días, pero de esto se trata nuestra misión en el mundo de la carcelación, encontrar en lo más pequeño: la grandeza de Dios", subrayó la carta firmada por el secretario ejecutivo del organismo, presbítero Javier Ladrón de Guevara.








Expo Caridad Mar del Plata 8-13.04.2013


“Con las obras te mostraré mi fe”


“La expo caridad surge en el marco del año de la fe, como una manera de testimoniar lo que creemos. Se eligió esta semana porque el domingo pasado, celebramos la divina misericordia y fue ese día que el Obispo bendijo a todos los agentes de la pastoral caritativa en la Catedral”, inició el Presbítero Hernán David, uno de los organizadores de la Expo Caridad y nuevo Capellán de la Unidad Penitenciaria 15 de Batán.

En esta exposición participan las siguientes pastorales o instituciones caritativas que trabajan con enfermos, niños, madres, ancianos, discapacitados, adultos: Pastoral de la Salud, Hermanas Siervas de María –acompañan gratuitamente a los enfermos-, hogar María Reina de la Paz – atiende a enfermos terminales de HIV-, Servicio Sacerdotal de Urgencia, Hogar de enfermos crónicos de la Gruta de Lourdes, Centro Comunitario Integral Nuestra Señora de Luján, Casa Fraterna, Juanito Bosco, Hogares de Belén, Ain Karem, Manos Abiertas, Hogarcito Don Orione, Fraternidad Cristiana de Personas con discapacidad, Cáritas Mar del Plata, Noche de la Caridad, Pastoral Penitenciaria, Pastoral de la Drogadependencia, Pastoral del Basural y Pastoral de Migraciones.

“Todas estas expresiones van manifestando la fe en las obras. Queremos mostrar la fe, seguir a Cristo, vivir en compromiso con Él, nos lleva a la caridad. La idea es que esta exposición sea también un anuncio misionero, no hacer propaganda de los que hacemos, sino tratar de que los gestos despierten la esperanza, e inviten a otros a sumarse” resaltó el sacerdote David.

“En estos días que es muy fuerte y se insiste mucho en los gestos del Papa Francisco, y que iluminan la vida de los cristianos y del mundo, queremos mostrar los gestos que hacemos, no para vanagloriarnos, sino para dar un sentido de esperanza, y de anunciar cómo el amor de Dios nos mueve. Hay mucha gente y muchas obras que se hacen por los más necesitados, aquí hay algunas, hay muchas más y unas muy en silencio. Las pastorales e instituciones se abren y es una invitación a decir, sumate y tratá de dar de lo tuyo, de tu tiempo, de lo que sos para compartir tu vida con otro, y así mostrar a Jesús”, concluyó el Padre Hernán David.



ENCUENTRO DE LOS RESPONSABLES DE LA PASTORAL PENITENCIARIA  ARGENTINA VILLA  ALLENDE FEBRERO 2013


Envío de Mñor Esteban Laxague  a los participantes


Noviembre 2012



Se está realizando en Polonia , el Encuentro Internacional de la Pastoral Penitenciaria Católica,el P.Jorge Garcia Cuerva,viajó no sólo representando a nuestro país sino también a América Latina y el Caribe, llevando como aporte de parte de Argentina el Plan Trienal redactado por los Obispos,pero con el aporte hecho por el Equipo Nacional de la PP Argentina,traducido al idioma inglés,lengua acordada para estos encuentros. Recemos por los frutos del mismo y especialmente por nuestro representante.






19 al 23 de agosto de 2012 Santiago de Chile,
Pastoral Penitenciaria - ENCUENTRO AMPLIADO DEL CONO SUR
leer más:
“EL SUEÑO DE DIOS, UN MUNDO SIN CÁRCELES”




13 de agosto 2012




Los días 11-12 de agosto de 2012 La PASTORAL PENITENCIARIA de la Región BS. AS. SUR realizó III ENCUENTRO bajo el lema “PROFETAS DE COMPASIÓN, EN EL MUNDO DE LA CARCELACIÓN”.

Representantes de las cuatro diócesis que componen la región: Chascomus, Azul, Mar del Plata y Bahía Blanca se reunieron en Tandil para compartir sus experiencias y desafíos que presenta el mundo de la carcelación. Durante la primera jornada se realizaron dos paneles.El primer panel reunió a los profesional que trabajan en el Penal de Barker con la consigna “Perfil del privado de libertad, visto desde el ámbito de su trabajo en la cárcel” y durante el panel de la tarde, los agentes pastorales, familiares y los que han vivido  la experiencia de ser encarcelados han compartido sus testimonios. Los agentes de la pastoral se sienten invitados a ejemplo de Jesús ser Profetas de compasión en el mundo de la carcelación. Al experimentar su propia miseria y el amor incondicional, inmerecido de Dios quieren ser testigos de ese AMOR allí donde el hombre es privado de su libertad, encarcelado, excluido, porque solo el Amor es capaz sanar, corregir, producir cambios en el otro y simplemente porque “Jesús dijo Estuve en la cárcel y me visitaron”. En el Encuentro estuvo presente el Pbro. Javier Ladrón de Guevara el Secretario Ejecutivo de la Pastoral Penitenciaria.



13 de Julio 2012


GRATITUD AL SEÑOR DE LA LIBERTAD


En el Encuentro de Juristas católicos, La pastoral Penitenciaria de Colombia ofreció crear un espacio virtual, alimentado por los responsables nacionales. Hoy lo hacemos realidad. Es de todos los que como Iglesia, sirven y anuncian el Reino de Dios en el mundo penitenciario.


Al lanzar el primer número de nuestro boletín de Pastoral Penitenciaria en América, nuestro primer sentimiento es de gratitud al Señor de la libertad, por la posibilidad de servirle tras el rostro de cada detenido y tener con la ayuda de la tecnología, un canal de comunicación, información y animación, dentro de nuestro difícil servicio pastoral.


Sea la oportunidad para expresar a cada uno de ustedes, Obispos, sacerdotes, religiosos, religiosas y en especial a los laicos, nuestra gratitud por su invaluable servicio eclesial, anunciando a lo largo de la geografía americana, la verdad sobre Jesucristo, la Iglesia y el hombre, en patios y garitas de cárceles y penitenciarías, en medio de trabas y dificultades.




Para recibir el boletín completo, enviándonos sus datos a: libertad3@etb.net.co


Así mismo, estamos dispuestos a publicar y difundir la información sobre el tema penitenciario. Escríbanos ya!







CONCLUSIONES EL SEGUNDO SEMINARIO INTERNACIONAL E INTERDISCIPLINARIO SOBRE



“EL RUGBY COMO HERRAMIENTA DE PREVENCION DEL DELITO Y DE RESOCIALIZACION DE PERSONAS SOMETIDAS A PENA PRIVATIVA DE LA LIBERTAD”

Mar del Plata, marzo de 2012 "PRIMER BLOQUE TEMÁTICO: “Prevención y educación en zonas de exclusión social” – “Agencias Barriales”








Existe una relación evidente entre desnutrición, marginación y proyecto social. La ausencia o insuficiente nutrición en el primer año de vida produce debilidad mental ya que el cerebro humano desarrolla características fundamentales antes de los 14 meses de vida: “la única debilidad mental que puede prevenirse es la que proviene de la desnutrición”. Aproximadamente el 60% de la población de las cárceles argentinas han sufrido desnutrición infantil y sus consecuencias. Para solucionar la grave situación que la desnutrición genera entre nuestros niños y jóvenes, en el plano individual “hay que hacer algo más que lo que nos corresponde como ciudadanos…ponernos al servicio de la sociedad”, y como país: “preservar el cerebro de los niños en el primer año de vida; educar a ese cerebro” y garantizar el acceso de los ciudadanos a los servicios básicos para que tengan una vida digna (agua corriente, cloacas, electricidad, etc.). leer más



CONCLUSIONES EL SEGUNDO SEMINARIO INTERNACIONAL E INTERDISCIPLINARIO SOBRE “EL RUGBY COMO HERRAMIENTA DE PREVENCION DEL DELITO Y DE RESOCIALIZACION DE PERSONAS SOMETIDAS A PENA PRIVATIVA DE LA LIBERTAD”














“Que puedan mirar hacia adelante, con esperanza, con ojos constructivos y no se dejen estar”

29.03. 2012





Así lo afirmó el Obispo de Mar del Plata, Monseñor Antonio Marino, quien visitó la Alcadía de Batán con motivo de la llegada de la Pascua. Allí pudo ingresar a ocho pabellones y compartió con los internos, les brindó unas palabras, los bendijo y ellos pudieron expresarle su afecto y palabras de agradecimiento.





“Quiero que sepan que el Obispo también piensa en ustedes, y viene a bendecirlos y a darles una voz de aliento. Para que puedan mirar hacia adelante, con esperanza, con ojos constructivos y no se dejen estar. A decirles también que Dios es un padre lleno de bondad, nos ama a todos, los ama a ustedes personalmente, a cada uno con su nombre, tiene tiempo para cada de ustedes, de nosotros” les manifestó Monseñor Antonio Marino a los internos.


Luego, resaltó “que puedan sentir la paz del Señor. La Iglesia piensa en ustedes, hay un equipo de pastoral penitenciaria a través del cual ponemos un signo aquí, que es como decir, son importantes para nosotros, son hermanos nuestros, y queremos arrimar un mensaje de fe, de esperanza, que ayude a encontrar en Dios, en Jesucristo, el sentido profundo de esta vida. El Señor dice si ponen mi palabra en práctica, conocerán la Verdad, y la Verdad los hará libres. Les deseo que Jesús sea siempre el Maestro de ustedes, que los haga interiormente libres”.


Durante dos horas, el Obispo pudo visitar cada pabellón, y conocer las actividades que realizan en el lugar. En uno de ellos, el de los internos que juegan al rugby, le pidieron al prelado los bendijera para el partido que jugarían en esos días. En otro, pudieron visitar la quinta que tienen y cuidan los internos, también le informaron al Obispo que con los frutos que de allí obtienen colaboran con la Noche de la Caridad y el Hogar Nazaret. Muchos internos se acercaron al Obispo y le pidieron bendiciones para algunos objetos religiosos y también oraciones por sus familias.


Gracias a la Pastoral Penitenciaria, al capellán del lugar, Hermana Helena Kuc y al Presbítero Daniel Climente; los internos de la alcaldía pudieron vivir todas las celebraciones de la Semana Santa. El sacerdote, les lavó los pies a doce de ellos, hicieron un Vía Crucis con una estación y recorrido por los pabellones y también hubo una misa con motivo de la Pascua de Resurrección.

















Mensaje del papa a los participantes en el vía Crucis



en la Cárcel de Rebibbia



ROMA, lunes 2 abril 2012 (ZENIT.org).-







“Hoy estarás conmigo en el paraíso” ha sido el tema elegido para el Vía Crucis celebrado en la cárcel de Rebibbia de Roma el pasado viernes. El papa dirigió un mensaje a los participantes.







La celebración fue presidida por el cardenal vicario de Roma Agostino Vallini, con asistencia del director de la prisión Carmelo Cantone, del director de Caritas diocesana de Roma, monseñor Enrico Feroci y de más de trescientos fieles provenientes de diversas parroquias de la capital. Entre ellos, también voluntarios de Caritas y los seminaristas que cada día prestan su servicio en la cárcel.







“Como eco de la visita del santo padre a Rebibbia, han sido muchas las adhesiones de este año”, dijo don Sandro Spriano, capellán de la cárcel. “La nuestra será una meditación sobre el paraíso y en la celebración participarán cerca de trescientos detenidos”, anticipó el sacerdote.







La cercanía del papa con los detenidos nunca ha disminuido después de la histórica visita antes de la pasada Navidad y para confirmar tal lazo, el papa Benedicto XVI envió su mensaje este viernes.







Ofrecemos el texto mensaje del papa.







*****







¡Queridos hermanos!







Me he sentido feliz al saber que, en preparación a la Pascua, daréis vida, en la Casa Circundarial de Rebibbia, a un Via Crucis que será presidido por mi vicario para Roma, el cardenal Agostino Vallini, con la participación de los detenidos, agentes penitenciarios y grupos de fieles de varias parroquias de la ciudad. Me siento particularmente cercano a esta iniciativa, porque está siempre vivo en mi ánimo el recuerdo de la visita que hice a la cárcel de Rebibbia poco antes de la pasada Navidad; recuerdo los rostros que encontré y las palabras que escuché, y que dejaron en mí una marca profunda. Por ello, me uno espiritualmente a vuestra oración, y así puedo dar continuidad a mi presencia en medio de vosotros, y por esto doy las gracias en especial a vuestros capellanes.







Sé que este Via Crucis quiere ser también un signo de reconciliación. En efecto, como dijo uno de los detenidos durante nuestro encuentro, la cárcel sirve para volverse a levantar tras haber caído, para reconciliarse con sí mismos, con los demás y con Dios, y poder luego reentrar de nuevo en la sociedad. Cuando, en el Via Crucis, vemos a Jesús que cae en tierra –una, dos, tres veces- comprendemos que El ha compartido nuestra condición humana, el peso de nuestros pecados le ha hecho caer; pero por tres veces Jesús se ha vuelto a levantar y la proseguido el camino hacia el Calvario; y así, con su ayuda, también nosotros podemos volvernos a levantar de nuestras caídas, y quizá ayudar a otro, un hermano, a volverse a levantar.







Pero ¿qué era lo que daba a Jesús la fuerza para seguir adelante? Era la certeza de que el Padre estaba con El. Aunque en el corazón había toda la amargura del abandono, Jesús sabía que el Padre lo amaba, y precisamente por este amor inmenso, esta misericordia infinita del Padre celeste lo consolaba y era más grande que las violencias y los ultrajes que lo rodeaban. Aunque todos lo despreciaban y lo trataban ya no como un hombre, Jesús, en su corazón, tenía la firme certeza de ser siempre hijo, el Hijo amado de Dios Padre.







Este, queridos amigos, es el gran don que Jesús nos ha hecho con su Via Crucis: nos ha revelado que Dios es amor infinito, es misericordia, y lleva hasta el final el peso de nuestros pecados, para que nosotros podamos volvernos a levantar y reconciliarnos y reencontrar la paz. También nosotros, entonces, no tenemos miedo de recorrer nuestro “via crucis”, de llevar nuestra cruz junto con Jesús. El está con nosotros. Está con nosotros también María, su y nuestra madre. Ella permanece fiel incluso a los pies de nuestra cruz, y reza por nuestra resurrección, porque cree firmemente que, incluso en la noche más oscura, la última palabra es la luz del amor de Dios.







Con esta esperanza, basada en la fe, auguro a todos vosotros vivir la próxima Pascua en la paz y en la alegría de Cristo que nos ha comprado con su sangre, y con gran afecto os imparto la bendición apostólica, extendiéndola de corazón a vuestros familiares y a las personas queridas”.
















La Pastoral Penitenciaria llamó a “vivir intensamente la Pascua”









Buenos Aires, 4 Abr. 12 (AICA)





En un comunicado con motivo de la Semana Santa, el presbítero Javier Ladrón de Guevara, secretario Ejecutivo de la Comisión Episcopal de la Pastoral Penitenciaria Católica Argentina, llamó a “vivir intensamente estos días uniéndonos a la pasión de Nuestro Señor”.


“La Semana Santa tiene mucha riqueza simbólica, muchos gestos, muchas palabras que nos invitan a descubrir el inmenso amor de Dios por cada uno de nosotros”, manifestó el presbítero.


El titular de la pastoral penitenciaria preguntó: “¿Es verdad que nos queremos encontrar con Jesús en estos días, para hacer vida su vida en nosotros?” y agregó que “Jesús nos propone el amor y el perdón; sin prejuicios ni mezquindades. Esto es vivir la pasión y la muerte, para que nazca en nosotros”.


Como conclusión, el padre Ladrón de Guevara pidió que experimentemos en esta Pascua “la oportunidad que Dios nos da para empezar una vida nueva y decidirnos a caminar juntos bajo la luz de Cristo, siendo luz en el camino de quienes buscan la alegría, la felicidad, el sentido de la vida”. +













La Iglesia y una noble misión tras las rejas



Testimonio de la PP de la Diócesis de San Francisco







Laicos católicos en los penales. Llevan una voz de aliento, compañía y libertad a quienes allí se encuentran alojados tras ser condenados por un delito.







“Recuperemos la dignidad de los privados de la libertad”, dice el lema de quienes integran la Pastoral Penitenciaria. Ellos son un grupo de personas que desde hace más de diez años dedican unas horas de su vida a evangelizar en la cárcel, a escuchar a quienes están privados de la libertad y llevarles una palabra de amor y aliento para que puedan sentirse “libres” espiritualmente.



Visitan la Unidad Penitenciaria Nº 7 los lunes, miércoles, viernes y sábados, acudiendo de a dos para trabajar en conjunto con quienes están privados de la libertad. Su palabra de apoyo no solo llega a los presos, sino también a sus familias y a quienes trabajan en el ambiente carcelario.



El grupo forma parte de la Pastoral Penitenciaria Argentina y en la diócesis de San Francisco, el grupo trabaja bajo la dependencia del Obispado.



Fernando Rivoira coordinador de la Pastoral Penitenciaria de la Región Centro y La Pampa y Elizabeth de Rivoira, coordinadora de la pastoral en la ciudad explicaron en diálogo con LA VOZ DE SAN JUSTO cómo trabaja este grupo de personas que ayuda a quienes están presos llevando la Palabra de Dios y siguiendo las enseñanzas de Jesús cuando dice en Mateo 25: “Vengan, benditos de mi Padre, y reciban en herencia el Reino que les fue preparado desde el comienzo del mundo, porque …. estaba preso, y me vinieron a ver'. Les aseguro que cada vez que lo hicieron con el más pequeño de mis hermanos, lo hicieron conmigo'..”



“Lo que nosotros llevamos es la palabra de Dios, el mensaje que la Liturgia brinda ese día y después interactuamos con alguna dinámica o alguna canción, hay gente que va y toca la guitarra compartiendo con los presos”, aseguró Rivoira.



Agregó que “nuestra tarea pastoral nace y se desenvuelve desde una comunidad cristiana que desea compartir la Buena Noticia con los “hermanos más pequeños”, en éste caso los que pertenecen al ambiente de la cárcel, presos y sus familias, personal penitenciario, personas vinculadas al Poder Judicial, quienes pasaron por la cárcel”.



“La caridad, también nos lleva a atender algunas necesidades básicas de los privados de la libertad , especialmente a aquellos que, por razones de distancia no tienen visitas desde hace muchos años. Les entregamos ropa, elementos de higiene personal, alimentos, yerba, azúcar, material de lectura, biblias, frazadas, sábanas, etc.”, dijo.



Resaltó que “también se ha construido una escuelita de artes y oficios para que los privados de la libertad aprendan tareas de electricidad, bobinado de motores, herrería, carpintería”.



“Buscamos con ésta actividad, que el privado de la libertad tenga ocupado su tiempo y no mate su tiempo pensando en cosas que no sean buenas. El trabajo eleva la autoestima de la persona. El proyecto final, es trabajar para empresas de la ciudad sin costo alguno, pero con el compromiso que al quedar libre el interno, tenga posibilidades de reinserción al trabajo digno”, resaltó Rivoira.











“El preso se siente



un excluido social”



“Un preso se siente un excluido social, hay personas que hace veinte años que están presos y no tienen visitas, no nos cuentan sus problemas, plantean temas de la vida y en ese momento es en el que escuchamos y tratamos mediante nuestro mensaje de devolverle una dignidad en la vida, que encuentre un sentido, que se sienta libre espiritualmente aunque estén encerrados físicamente”, manifestó el coordinador de la Región Centro de la Pastoral Penitenciaria.



Rivoira dijo que “un preso diría: qué valor puede tener mi vida si no soy fruto de un proyecto de amor, si nadie me deseó o me esperó, si caí en un vacío inexplicable, sin sentido?. Ningún lugar me pertenece, este no es mi mundo. Desheredado, vagaré sin rumbo mientras sobreviva, mirando con rabia y envidia a los que marchan seguros, me parece son los dueños de la vida. Estoy enfermo de soledad y busco a los que como yo, se quedaron al costado del camino. Me siento detenido en el tiempo. Ese eterno presente en el que desesperadamente busco algo que me falta. Si yo supiera lo que busco, lo que pudiera llenar este vacío, tal vez encontraría la verdadera libertad”











Cómo lo ve



la sociedad



Rivoira analizó que en tanto “la sociedad ve a un ser humano, el preso, que es la basura de lo que la sociedad produce. La gente trata de esconder lo que no quiere ver, es decir trata de encerrar el mal. El castigo del encierro y su fundamento, debería ser una interpelación social diaria”.



Advirtió que “ésta sociedad está fabricando presos. Un viejo catequista me decía que hace 20 años había en nuestra cárcel 80 presos, Hoy hay 270, exactamente el 237,5% más, es decir, se ha multiplicado por mas de tres veces.¿Pasó lo mismo con la población?. No, solo creció aproximadamente el 30 %.Entonces, algo está pasando”.



Rivoira aseguró que “con las políticas sociales en vigencia, la corrupción, la falta de educación, la droga, la cultura de la dadiva y no la cultura del trabajo digno, con todo esto estamos fabricando excluidos, gente sin posibilidades, gente que no cuenta entre nosotros. Construimos mas cárceles”.



“Actualmente en la Argentina un 40 % de pobreza, familias disgregadas que tratan de zafar para poder sobrevivir, familias que no pueden criar a sus hijos, familias que no enviarán a sus hijos ni siquiera al nivel primario de educación.



En la cárcel, el 80 % no tiene la primaria hecha”, dijo Rivoira.



Rivoira comentó que “muchos presos no tienen visitas hace muchos años, pero también tienen sentimientos, comen, aman, les gustaría comer un helado, quisieran ser escuchados, porque también han sido creados a imagen y semejanza de Dios.Son nuestros hermanos encarcelados”.



“No podemos encerrar todo el mal que hay porque no habría lugar, se debe cambiar la mirada en la sociedad”, dijo Rivoira.












Ver Historial de Entrevistas Semanal





















VII Encuentro Nacional de Responsables de Pastoral







Penitenciaria - Argentina 2012











Desde el viernes 17 hasta el martes 21 de febrero, se realizó, en el convento de San Alfonso (Villa Allende, Córdoba), el VII Encuentro Nacional de Responsables de Pastoral Penitenciaria, Delegados diocesanos, Capellanes, diáconos y laicos.







El encuentro, que contó con la participación de representantes de 36 diócesis del país, se desarrolló con el lema: “Tengan los mismos sentimientos de Cristo”.



Estos encuentros van concretando una mayor comunión eclesial a lo largo y lo ancho del país ayudándonos a ser discípulos misioneros del amor de Dios en el mundo carcelario. Permiten profundizar en nuestra espiritualidad e intercambiar experiencias pastorales.





















Discurso del Santo Padre Benedicto XVI a los detenidos, en su visita pastoral Adviento 2011:


*****




Queridos hermanos y hermanas,





con gran alegría y emoción estoy esta mañana en medio de vosotros, para una visita que se sitúa a pocos días de la celebración de la Natividad del Señor. Dirijo un caluroso saludo a todos, en especial a la ministra de Justicia, honorable Paola Severino, y a los capellanes, a los que agradezco las palabras de bienvenida que me han dirigido también en vuestro nombre. Saludo al doctor Carmelo Cantone, director del Centro Penitenciario y a los colaboradores, la policía penitenciaria y a los voluntarios que se prodigan en las actividades de esta institución. Y saludo de modo especial a todos vosotros, detenidos, manifestándoos mi cercanía.





“Estaba en la cárcel y me visitásteis” (Mt 25,36). Estas son las palabras del juicio final, contado por el evangelista Mateo, y estas palabras del Señor, en las cuales se identifica con los detenidos, expresan en plenitud el sentido de mi visita actual entre vosotros. Dondequiera que haya un hambriento, un extranjero, un enfermo, un encarcelado, allí está Cristo mismo que espera nuestra visita y nuestra ayuda. Esta es la razón principal por la que me siento feliz de estar aquí, para rezar, dialogar y escuchar. La Iglesia siempre ha contado entre las obras de misericordia corporal, la visita a los presos (cfr Catecismo de la Iglesia católica, 2447). Y esta, para ser completa, exige una plena capacidad de acogida del detenido, «dándole espacio en el propio tiempo, en la propia casa, en las propias amistades, en las propias leyes, en las propias ciudades» (cfr CEI, Evangelización y testimonio de la caridad, 39). Querría de hecho poder ponerme a la escucha de la peripecia personal de cada uno, pero, lamentablemente, no es posible; sin embargo, he venido a deciros sencillamente que Dios os ama con un amor infinito, y sois siempre hijos de Dios. Y el mismo Unigénito Hijo de Dios, el Señor Jesús, experimentó la cárcel, fue sometido a un juicio ante un tribunal y sufrió la más feroz condena a la pena capital.





Con motivo de mi reciente viaje apostólico a Benín, en noviembre pasado, firmé una exhortación apostólica postsinodal en la que reiteré la atención de la Iglesia a la justicia en los estados, escribiendo: «Es por tanto urgente que se adopten sistemas judiciales y penitenciarios independientes, para restablecer la justicia y reeducar a los culpables. Además, hay que erradicar los casos de errores judiciales y los malos tratos de los prisioneros, las numerosas ocasiones de no aplicación de la ley que corresponden a una violación de los derechos humanos y las encarcelaciones que no desembocan sino tarde o nunca en un proceso. La Iglesia reconoce la propia misión profética ante aquellos que sufren por la criminalidad y su necesidad de reconciliación, de justicia y de paz. Los encarcelados son personas humanas que merecen, a pesar de su delito, ser tratados con respeto y dignidad. Necesitan nuestra atención» (n. 83).





Queridos hermanos y hermanas, la justicia humana y la divina son muy diferentes. Cierto, los hombres no pueden aplicar la justicia divina, pero deben al menos apuntar a ella, tratar de captar el espíritu profundo que la anima, para que ilumine también la justicia humana, para evitar –como lamentablemente no pocas veces sucede– que el detenido se convierta en un excluido. Dios, en efecto, es Aquél que proclama la justicia con fuerza, pero que, al mismo tiempo, cura las heridas con el bálsamo de la misericordia.





La parábola del Evangelio de Mateo (20,1-16) sobre los trabajadores llamados a jornada en la viña nos hace comprender en qué consiste esta diferencia entre la justicia humana y la divina, porque hace explícita la delicada relación entre justicia y misericordia. La parábola describe a un agricultor que asume trabajadores en su viña. Lo hace sin embargo en diversas horas del día, de man era que alguno trabaja todo el día y algún otro sólo una hora. En el momento de la entrega del salario, el amo suscita estupor y provoca una discusión entre los jornaleros. La cuestión tiene que ver con la generosidad --considerada por los presentes como injusticia- del amo de la viña, el cual decide dar la misma paga tanto a los trabajadores de la mañana como a los últimos en la tarde. En la óptica humana, esta decisión es una auténtica injusticia, en la óptima de Dios un acto de bondad, porque la justicia divina da cada uno lo suyo y, además, incluye la misericordia y el perdón.





Justicia y misericordia, justicia y caridad, bisagras de la doctrina social de la Iglesia, son dos realidades diferentes sólo para nosotros los hombres, que distinguimos atentamente un acto justo de un acto de amor. Justo, para nosotros, es “lo que se debe al otro”, mientras que misericordioso es lo que se dona por bondad. Y una cosa parece excluir a la otra. Pero para Dios no es así: en Él, justicia y caridad coinciden; no hay acción justa que no sea también acto de misericordia y de perdón y, al mismo tiempo, no hay una acción misericordiosa que no sea perfectamente justa.





¡Qué lejana está la lógica de Dios de la nuestra! ¡Y que diferente es de nuestro modo de actuar! El Señor nos invita a acoger y observar el verdadero espíritu de la ley, para darle pleno cumplimiento en el amor hacia quien lo necesita. «Pleno cumplimiento de la ley es el amor, escribe san Pablo (Rm 13,10): nuestra justicia será tanto más perfecta cuanto más esté animada por el amor por Dios y por los hermanos.





Queridos amigos, el sistema de detención gira en torno a dos puntos de referencia, ambos importantes: por un lado, tutelar a la sociedad de eventuales amenazas, por otro, reintegrar a quien ha cometido un error sin pisotear su dignidad y sin excluirlo de la vida social. Ambos aspectos tienen su relevancia y pretenden no crear aquél “abismo” entre la realidad carcelaria real y la pensada por la ley, que prevé como elemento fundamental la función reeducadora de la pena y el respeto de los derechos y de la dignidad de las personas. La vida humana pertenece sólo a Dios, que nos la regalado, y no está abandonada a la merced de nadie, ¡ni siquiera a nuestro libre albedrío! Estamos llamado a custodiar la perla preciosa de nuestra vida y la de los demás.





Sé que la superpoblación y la degradación de las cárceles pueden hacer todavía más amarga la detención: me llegaron varias cartas de detenidos que lo subrayan. Es importante que las instituciones promuevan un un atento análisis de la situación penitenciaria hoy, verifiquen las estructuras, los medios, el personal, de modo que los detenidos no descuenten nunca una “doble pena”; y es importante promover un desarrollo del sistema penitenciario, que, aún en el respeto de la justicia, sea cada vez más adecuado a las exigencias de la persona humana, con el recurso también a las penas sin internamiento o a modalidades diversas de detención.



Queridos amigos, hoy es el cuarto domingo de Adviento. Que la Natividad del Señor, ya cercana, reencienda de esperanza y de amor vuestro corazón. El nacimiento del Señor Jesús, del que haremos memoria dentro de pocos días, nos recuerda su misión de llevar la salvación a todos los hombres, sin excluir a nadie. Su salvación no se impone, sino que nos reúne a través de actos de amor, de misericordia y de perdón que nosotros mismos sabemos realizar. El Niño de Belén será feliz cuando todos los hombres vuelvan a Dios con corazón renovado. Pidámosle en el silencio y en la oración ser todos liberados de la cárcel del pecado, de la soberbia y del orgullo: cada uno de hecho necesita salir de esta cárcel interior para ser verdaderamente libre del mal, +uestros ancianos y os llevo a todos en el corazón delante de Dios. ¡El Señor os bendiga a vosotros y a vuestro futuro!


















XIII CONGRESO MUNDIAL DE PASTORAL PENITENCIARIA EN CAMERU


El tema de nuestro Congreso fue:




La Pastoral Penitenciaria Católica al servicio de la Reconciliación, la Justicia y la Paz.



En la Ciudad de Yaundé, Camerún –África- , el 27 de agosto ha tenido lugar la inauguración del XIII Congreso Mundial de Pastoral Penitenciaria promovido por la Comisión Internacional de Pastoral Penitenciaria Católica (IPPCCP). El acto inaugural ha estado presidido por el Cardenal TURKSON, Presidente del Consejo Pontificio de Justicia y Paz de Roma; el Cardenal TUMI, Obispo Asesor de la ICCPPC y el Dr. Christian KUHN, Presidente de la misma, además de otras autoridades civiles y religiosas.



De la ponencia del Cardenal Turkson podemos señalar su énfasis en considerar a los privados de libertad sin las adecuadas garantías de los DDHH como marginados de nuestras sociedades, quienes deben sentirse acogidos y atendidos por la Iglesia, en la que deben sentirse incorporados a la familia de Dios. ‘Esta se siente llamada a promover el Reino de Dios y para ello debe encontrar una metodología eficiente para la Reconciliación que permita la Justicia y Paz verdaderas.



En esta labor no es ella la protagonista sino la inspiradora, es decir, la que debe proporcionar los criterios que extrae del Evangelio, los cuales deben fecundar la acción política, ajena a su misión específica, pero ante la que no debe permanecer indiferente. Es misión de la comunidad eclesial el anunciar lo conveniente y denunciar lo inaceptable.



La Iglesia debe ofrecer, desde su experiencia de la gratuidad de la misericordia divina, un camino para la posibilidad del perdón en las relaciones humanas en las que se asientan las bases de la dinámica social. La Iglesia se sabe sin autoridad legal frente al Estado, pero con suficiente autoridad moral como para exigir y promover los indispensables replanteamientos que requiere el constante proceso de restauración de la Justicia y de la Paz en las sociedades de los respectivos países. Ignorar el Evangelio, mensaje emblemático de reconciliación humana y social, es automarginarse.



Desconocer la Buena Nueva seria, desconocer el camino para la inclusión de todos los hombres a una sociedad de Justicia y de Paz. En su vitalidad de comunión y de reconciliación, los pueblos pueden encontrar una fuente de Justicia reconciliadora que ayude a superar los esquemas de una justicia abocada a la sanción y a la marginación. Los sistemas judiciales deben escuchar el clamor de los pueblos que les exigen una continua revisión de sus estrategias para el equilibrio y paz sociales. Para ello deben, con toda la sociedad, purificarse de la alienación producida por las influencias del capitalismo salvaje y deshumanizador que los ha alienado de su sentido humanitario y los ha puesto al servicio primordial de la economía, más que del bien del hombre en sí mismo. La Iglesia vive en este congreso una auténtica experiencia de comunión humana y eclesial-pastoral que trasciende las fronteras de las culturas y políticas. Debemos llegar a lo más profundamente del hombre para que las diversas concreciones de nuestra esencia, que encuentran en su pluralidad una riqueza de expresiones llamadas a complementarse e iluminarse mutuamente en la fraternidad del Evangelio, sean cada día verdaderamente más humanas.

















CONCLUSIONES DEL XIII CONGRESO DE LA ICCPPC DE CAMERÚN La ICCPPC



– Comisión Internacional de Pastoral Penitenciaria Católica - tiene su origen en el primer Congreso Internacional convocado por el Cardenal Montini, futuro Pablo VI. Éste tuvo lugar en Roma con motivo del Año Santo de 1950 y en él participaron los responsables de las Capellanías de Prisión de varios países de Europa, Estados Unidos de América y de Argentina. En el año 2000, con ciento cinco países representados y asociados, la comisión preparatoria de los congresos se configura como una Asociación Pública de Fieles de la Iglesia Católica, con nuevos estatutos que mantienen la finalidad de promover la pastoral penitenciaria católica a nivel mundial. Ese mismo año, fue otorgada a la Comisión la Especial Posición Observadora en las Naciones Unidas y fue admitida en el Consejo Económico y Social de Nueva York, Viena y Ginebra. Cada dos o tres años, los sucesivos congresos han tenido lugar en diversas ciudades de varios países del mundo. La última convocatoria ha tenido lugar en Yaundé, Camerún, del 27 de agosto al 01 de septiembre, en las instalaciones de la Universidad Católica de África Central. Uno de los mensajes que enfatizó en su ponencia el Cardenal Turkson, siguiendo la indicación de S.S. Benedicto XIII a los Obispos africanos en la segunda asamblea especial para el África del Sínodo de los Obispos, fue la necesidad de que la Iglesia buscara las estrategias, métodos y actitudes oportunas para poner en práctica lo que se iba reflexionando como teoría teológica pastoral. El testimonio de que la teoría teológico-pastoral puede hacerse realidad lo proporcionó la Hermana Sor Geneviève Uwamariya, religiosa de las Hijas de Santa María de Ruanda, quien nos relató su experiencia en las iniciativas de reconciliación entre los grupos Tutsis y Hutus de Ruanda, cuyas escalofriantes escenas de genocidio y fratricidio, que acabaron con la vida de alrededor de un millón de ruandeses, fueron divulgadas por los medios de comunicación en 1994. Ella, hija de una familia y de una comunidad totalmente aniquilada, trabaja ahora promoviendo el perdón y la reconciliación en la cárcel donde conoció y perdonó a los asesinos de su padre y demás familiares.







La aportación de la región Sur Americana, expuesta en las ponencias del representante peruano, Pbro. Bruno Maat, y del argentino, Pbro. Jorge Cuervas, se centró en la necesidad de una Justicia Misericordiosa que no pretenda únicamente solucionar el conflicto inmediato victimario-víctima, sino que se aboque a la solución del conflicto social, cuyas desigualdades son causa primaria de muchos hechos delictivos. Las conclusiones del encuentro fueron: Nosotros, los 130 participantes, miembros de los equipos de Pastoral de Cárceles de 55 países, viniendo de los 5 continentes, nos hemos reunido en Yaundé (Camerún) para el XIII° Congreso de la CICPP del 27 de agosto al 1 de setiembre.







El tema de nuestro Congreso fue:







La Pastoral Penitenciaria Católica al servicio de la Reconciliación, la Justicia y la Paz.







Al finalizar nuestro Congreso hemos adoptado la siguiente Declaración.



1- Estamos profundamente preocupados por la situación de la Justicia Penal y de las Cárceles en el mundo. En ambos casos parecen reflejar las estructuras injustas que prevalecen en nuestra sociedad. En varios países los gobiernos tratan de responder al imperante deseo de mayor seguridad de la población con el incremento de las sentencias de privación de libertad y con el endurecimiento de las condiciones carcelarias.



2- Condenamos la pena de muerte que sigue existiendo en algunos países.



3- Deploramos que los estándares mínimos de la Naciones Unidas en cuanto las condiciones de detención no se cumplen a cabalidad.



4- Observamos que, en general, las condiciones actuales en las cárceles no permiten una real rehabilitación.



5- Esta situación no sólo causa sufrimiento a los detenidos – quienes muchas veces pierden su condición y sus derechos como ciudadanos – sino igualmente a su familia. Adicionalmente la respuesta no respeta la dignidad fundamental de todos los implicados y, al mismo tiempo, no responde a las necesidades de las víctimas del crimen y de la injusticia.



6- Las cárceles parecen ser lugares de venganza y no de reforma, porque pareen funcionar bajo el prejuicio que un(a) detenido/a ya no puede cambiar más y está condenado/a a repetir sus fechorías. Sin embargo, nuestra experiencia muestra que el cambio es posible, con el apoyo de una diversidad de programas y de acompañamiento pastoral. Éstos nos parecen compatibles con el sueño de Dios para la humanidad, que no incluía las cárceles en la sociedad. Creemos en la justicia misericordiosa de Dios.



7- Creemos firmemente que cada ser humano, sin excepción o condición alguna, es hijo/a de Dios y, por ello, digno de respeto, incluso si no ha respetado la dignidad de los demás.



8- Creemos que la sociedad precisa de una verdadera Justicia, que se realiza a través de la Reconciliación, y cuyo fruto es la Paz.



9- Consideramos que nuestra Iglesia es la Familia de Dios, en cuyo seno deberían prevalecer relaciones de solidaridad y de preocupación mutua. Es por eso que creemos que la Pastoral de Cárceles debería ser una de las primeras y principales responsabilidades de la Iglesia. La Pastoral de Cárceles no podrá limitarse a la visita de los/las detenidos/as, sino que deberá luchar por una sociedad más justa, así como por el bienestar y el respeto de todas las personas involucradas. Debería preocuparse también de la reforma de la justica penal y del sistema carcelario, para que éstas puedan ser más eficaces y para que puedan respetar la dignidad humana de todos. Estamos convencidos que tenemos que preocuparnos en primer lugar de los últimos, de los menospreciados y de los perdidos, es decir, de los más vulnerables como son: niño/as mujeres, enfermos mentales, extranjeros, etc.



10- Nos comprometemos a realizar las propuestas Nro. 54 y 55 del II° Sínodo de los Obispos africanos, que se refieren al ministerio pastoral en las cárceles en cuanto a la prevención del crimen, y al mejoramiento de los sistemas de justicia penal y de las cárceles. Queremos que las cárceles sean lugares donde los hombres y las mujeres puedan rezar y reconciliarse consigo mismo, con su comunidad y con Dios. Esto será imposible si no prevalecen la justicia y el respeto de su dignidad y derechos.



11- Estando en África nos sentimos reforzados por la instrucción del Papa Benedicto XVI a los obispos africanos a transformar su teología en acción pastoral. Vemos allí también nuestra responsabilidad de asistir a nuestros obispos en su rol referido al ministerio pastoral en las cárceles.



12- Sentimos que para responder a estos desafíos tenemos que reforzar la organización de la Pastoral de Cárceles en nuestra Iglesia, así como la cooperación con las demás entidades e instituciones de nuestra sociedad.



13- Consideramos que el Año de Gracia que el Señor Jesús anunció y que preveía la liberación de los encarcelados (Lc 4,18-19) aún no ha llegado. Pero confiamos en el amor de Dios y nos ponemos en Sus manos para que, a través nuestro y a través de todos los hombres y mujeres de buena voluntad, pueda trabajar para realizar la Justica, la Paz y la Reconciliación que todos anhelamos.






Yaundé 01-09-2011







De las publicaciones difundidas en el Congreso, señalamos la “Guía para los capellanes ante la tortura” (Austria, 2010); “Informe sobre Tortura, una experiencia de monitoreo de los centros de detención para la prevención de la tortura” (Brasil, 2010); “Principios Básicos sobre la Libertad y la Atención Religiosa en los Centros Penitenciarios” (ICCPPC, 2010); “ONU y UE, Recomendaciones para el trato de reclusos extranjeros” (ICCPPC, 2010).







Redactó:



P. Ponc Capell Capell



P. Penitenciaria de Venezuela



































COORDINADOR DE LA ICCPPC DE LATINOAMÉRICA SE SOLIDARIZA CON SITUACIÓN PENITENCIARIA DE VENEZUELA






Buenos Aires, Argentina, junio de 2011






“… las condiciones de vida de muchos abandonados, excluidos



e ignorados en su miseria y su dolor, contradicen este proyecto



del Padre e interpelan a los creyentes a un mayor compromiso a



favor de la cultura de la vida. El Reino de vida que Cristo vino a



traer es incompatible con esas situaciones inhumanas. Si pretendemos



cerrar los ojos ante estas realidades no somos defensores de



la vida del Reino y nos situamos en el camino de la muerte: “Nosotros



sabemos que hemos pasado de la muerte a la vida porque



amamos a los hermanos. El que no ama permanece en la muerte”



(1 Jn 3, 14). Aparecida, 358






Monseñor Roberto Luckert León



Presidente de la oficina de Justicia y Paz



Vicepresidente de la CEV



PRESENTE



Me dirijo a usted en mi carácter de representante de América Latina y el Caribe en la ICCPPC, International Commission of Catholic Prison Pastoral Care; y miembro del equipo coordinador de la Pastoral Penitenciaria del Cono Sur.







El motivo de la presente es el de expresar mi absoluta consternación y profundo dolor al tener conocimiento de los trágicos sucesos producidos en el Internado Judicial Capital El Rodeo, en Guatire, Estado de Miranda.







Estoy convencido que la Vida es el regalo más preciado que Dios nos ha hecho y que TODA VIDA ES VALIOSA, por lo tanto el Estado debe asegurar la vida y el bienestar de los más débiles y excluidos de la sociedad, entre los que se cuentan los detenidos en cárceles.







Nos dicen nuestros obispos en el documento de Aparecida, 65: “Nos duele, en fin, la situación inhumana en que vive la gran mayoría de los presos, que también necesitan de nuestra presencia solidaria y de nuestra ayuda fraterna. Una globalización sin solidaridad afecta negativamente a los sectores más pobres. Ya no se trata simplemente del fenómeno de la explotación y opresión, sino de algo nuevo: la exclusión social. Con ella queda afectada en su misma raíz la pertenencia a la sociedad en la que se vive, pues ya no se está abajo, en la periferia o sin poder, sino que se está afuera. Los excluidos no son solamente “explotados” sino “sobrantes” y “desechables”. La violencia descarnada que parece apoderarse de los recintos penitenciarios no es más que la confirmación brutal de estas palabras proféticas de nuestros pastores.







También quiero expresar mi compromiso solidario con todos los que en tan querido país, como es Venezuela, luchan por la paz, por el respeto de los derechos humanos, y por una sociedad más justa; que Dios los acompañe en tan ardua tarea, y sigan haciendo suyo el gran sueño de Jesucristo para todos: El Reino de Dios, un Reino que humaniza, que quiere una vida plena para todos.







Que con Monseñor Romero, mártir de la Iglesia latinoamericana, podamos gritar con fuerza a las autoridades y responsables de tanta represión: “Basta!, condenamos la ola de violencia y de venganza que enluta el país. Compartimos el dolor que embarga el corazón de nuestro pueblo”.







Como Pastoral Penitenciaria latinoamericana hacemos nuestro el sufrimiento de tantos detenidos, de sus familias y de todos los que en esta hora de horror están llorando tanta violencia, tanta injusticia.







Y agrego una vez más, que ni la violencia, ni el odio, ni la represión, serán jamás la solución de los problemas que nos agobian; nuestro modelo es Jesucristo, el Camino, la Verdad y la Vida.







Con un saludo fraternal y mi oración, me despido en Cristo,



Padre Dr. Jorge García Cuerva



Representante ICCPPC, Latinoamérica y Caribe



Cono Sur Pastoral Penitenciaria



Argentina



C/C Monseñor Ulises Gutiérrez, Obispo de la Pastoral Penitenciaria de Venezuela




C/C P. Ponc Capell Capell, Capellán General de Prisiones de Venezuela